O furacão Matthew está passando bastante próximo do extremo norte da América do Sul, o que não é muito comum. As cartas meteorológicas da América do Sul mostram a presença deste poderoso furacão. Veja como Matthew aparece na carta sinótica da Marinha do Brasil de 30 de setembro de 2016, às 21 horas (Brasília)
Cuba se prepara para Matthew y no olvida a Flora
El oriente cubano fue atacado hace 53 años por uno de los fenómenos meteorológicos más devastadores de su historia. El huracán Flora, de categoría 4, pisó tierra cubana el 4 de octubre de 1963 dejando una ola de muerte y destrucción que ha permanecido inalterable en la memoria de todos los que vivieron aquellos días temibles. La cifra de fallecidos por el azote de Flora ascendió a casi mil 200 personas y fueron arrasadas por completo más de 11 000 viviendas.
Matthew, igualmente de categoría cuatro, se espera que toque tierra cubana este martes en algún punto entre Guantánamo y Santiago de Cuba con vientos sostenidos de 220 kilómetros por hora y rachas superiores. El mismo día en que arribó Flora pero con 53 años de diferencia. Dicho con otras palabras, un evento como Matthew representa la cara más horrenda de la naturaleza y arrastra consigo una temible fuerza que puede arrasar con todo lo que se encuentra a su paso. Pero seamos optimistas y esperemos que los daños no respondan a los pronósticos más fatídicos y que sobre todo no se pierdan vidas humanas. Lo cierto es que Cuba cuenta con un eficiente sistema de defensa civil probado en decenas de huracanes que nos han atravesado durante décadas.
No obstante, en este mismo momento hay personas que se han mostrado reticentes a ser evacuadas para no perder sus preciados bienes materiales y de alguna forma resguardar su hogar, sin tener conciencia real de que exponen su vida al abismo y se asoman de forma inminente a la muerte si alguna ráfaga mortal de Mathew los toca de cerca o sobrevuela su entorno cercano o se ven cercados por una intensa inundación.
Para escribir de un huracán hay que haber vivido alguno en carne propia. Provoca un temor que cala hondo el golpe de los vientos taladrando las ventanas y las paredes de tu hogar, el silencio de la ciudad que reza porque todo pase rápido como un mal sueño, las lluvias trasformadas en un diluvio que cae sobre los techos como un triste recordatorio de lo indefenso que estamos los seres humanos ante los embates más violentos de la naturaleza, los súbitos cortes de electricidad que incrementan la penumbra ante la llegada de la noche. Es un cuadro de horror. Pero también está, inevitable, ese horror interno de quien no sabe qué encontrará luego del paso de ese monstruo por encima de su provincia, por encima de los suyos, por encima de sus afectos cotidianos más arraigados.
Es real que Cuba se prepara con exactitud para el paso del huracán. Pero, por otro lado, es un mito que estemos listos para algo totalmente desconocido como un evento climatológico de ese tipo.
He conocido muchos cubanos que no olvidan el huracán Flora, que asoló especialmente las provincias de Las Tunas, Granma, Holguín y Camagüey. Algunos de ellos perdieron a seres queridos y todavía no comprenden cómo las lluvias, los vientos y la negrura del cielo pudieron llevarse de pronto a lo que más amaron. Por no hablar de los graves daños materiales causados por este tristemente célebre fenómeno con una trayectoria raramente errática, raramente lenta.
Cuando ya todos pensaban que se alejaría de Cuba hacia las Bahamas, regresó hacia el oriente incrementando las pérdidas humanas y el suplicio hasta salir definitivamente por Santa Cruz del Sur, un sureño poblado camagüeyano.
Nadie sabe qué sucederá con Matthew. Cuál será el punto donde se ensañará con el oriente cubano o qué provincia será la más afectada. Lo real es que ya los pobladores de Guantánamo y Santiago de Cuba se preparan (todo lo que uno puede realmente prepararse para enfrentar ataques frontales de este tipo), para cuidar de sus vidas y de sus familias por encima de todo. Por encima incluso de la descomunal fuerza de un huracán que amenaza con barrerlo todo.
Artículo de opinión. Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.
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